Prueba: MG GS (1.5 Turbo AWD AT7)
Está claro que el formato SUV es el favorito de los compradores de nuestro país, los que valoran sus ventajas de espacio y funcionalidad, virtudes que son aplicables a los usuarios amantes de la vida al aire libre, a quienes viven en los centros urbanos e incluso a los grupos familiares numerosos. Es decir, es la tipología perfecta, más aún considerando la variada oferta existente que atiza una auténtica guerra de precios; pugna que al final de cuentas beneficia a los compradores.
Con respecto al GS, podemos decir que es un producto inédito de su marca, porque a lo largo de su dilatada historia Morris Garages nunca había ofrecido uno de estos ejemplares. Lo bueno es que dio en el blanco, tanto en diseño como en desempeño, y es que esta versión del GS nada tiene que envidiarle a las opciones que ofrecen los fabricantes con mayor experiencia en la materia.
Diseño exterior
No estamos frente a un producto pretencioso desde el punto de vista estético, pese a que ciertas soluciones arquitectónicas intentan ir más allá de lo convencional. Pero al final se impone lo simple, los trazos curvos y las superficies envolventes, que son en definitiva los recursos más eficientes cuando se busca ofrecer la máxima habitabilidad en la cabina.
Un hermoso trabajo se advierte en la superficie del capó, en la forma de un biselado en “V” encargado de canalizar la turbulencia y rebajar la altura del citado componente; de este modo se amplía el campo visual hacia adelante. El parabrisas está recostado, demasiado quizás, lo que permite iluminar naturalmente la cabina pero que a la vez reduce la elevación del techo; cuando accedemos al habitáculo este yerro se hace notar.
La zaga se presenta con un corto voladizo, y en este sector se incluye un portalón de buen tamaño. Las luces de posición están muy bien ubicadas, en altura, en tanto que la antena tipo aleta de tiburón y la visera parasol de la luneta le otorgan un correcto remate a esta carrocería de 4.500 mm de largo.
Diseño interior
En esta versión, tope de gama, destaca la tapicería de cuero ecológico y las aplicaciones tipo barniz de piano que se dejan ver en el tablero y en la consola central. Desafortunadamente los uretanos son duros, rugosos y poco refinados, lo que por supuesto le resta puntaje en la tabla de evaluación.
El puesto de manejo se presenta con un volante del diámetro correcto, cuya empuñadura anatómica permite asirlo con mucha seguridad. El pomo de la caja automática y la pedalera están correctamente ubicados, por lo que el conductor no se verá obligado a forzar el brazo o el pie derecho para operarlos. Los instrumentos analógicos se leen con facilidad, pero acerca de la pantalla táctil diremos que su gráfica se torna borrosa cuando sobre ella se proyecta demasiada luz solar.
Los asientos frontales ofrecen un alto grado de comodidad, ventaja que se hace extensiva a la banca trasera y que se mantiene presente incluso cuando en ella se ubican tres viajeros; la esponja es mullida…ideal para viajes de largo aliento.
El espacio es abundante, así que no hay restricciones para utilizar este SUV en las vacaciones, aunque debemos tomar en cuenta que el maletero no es muy profundo, pudiendo recibir una carga mínima de 483 litros. Otra de sus debilidades es la pobre insonorización del habitáculo, lo que por supuesto impide disfrutar –a pleno- del excelente equipo de sonido que se ofrece como equipamiento estándar.
Comportamiento
Lo primero que destaca es el empuje natural del motor turbo, bloque que se percibe animado y presto al momento de acelerar, pese a la influencia negativa que sobre sus reacciones ejerce la transmisión robotizada de siete marchas. A este conjunto no se le puede pedir que actúe con la misma agilidad desplegada por el bloque de 1.5 litro (160 CV), lo que nos empuja a creer que es mejor optar por una versión provista de caja mecánica.
Lo anterior aplica más en la ciudad que en la carretera, escenario este último en el que la mentada caja de velocidades casi no manifiesta titubeos. Al salir de un semáforo o cuando se requiere aceleración en pendiente, como en un estacionamiento subterráneo, es cuando notamos ese retardo existente entre la orden que damos con el pedal derecho, y el momento en que comenzamos a avanzar.
Esos 250 Nm de torque están dentro de lo aceptable, pero insistimos en que parte de esos erogues son masticados por los dientes metálicos de la transmisión. Podemos remediar el decaimiento mecánico utilizando el modo secuencial de la caja, acción que tornará más veloces las salidas y que de paso nos hará disfrutar mucho más la experiencia de manejo.
La suspensión, independiente en ambos ejes, está bien calibrada, punto que nos beneficia en asfalto y fuera de él, pero que además nos da la certeza de que en las curvas podremos pecar de excesivo entusiasmo. La dirección realiza un valioso aporte a la dinámica, reaccionando bien ante los bruscos cambios de trayectoria y entregándonos buen feedback en esas situaciones en las queremos sentir la textura del asfalto con la punta de los dedos.
La tracción integral alcanza para cubrir exigencias normales, es decir nada de travesías extremas ni senderos “dakarianos”. De los frenos podemos decir que son muy confiables, aunque no estaría mal una cuota extra de autoventilación, porque tras una exigencia mayor los discos traseros (sólidos) pierden algo de su poder de mordiente…hasta que se enfrían y todo vuelva a la normalidad.
FICHA TÉCNICA
Precio: $15.990.000
Motor: 1.5L 160 CV / 250 Nm
Transmisión: Robotizada / 7 vel.
Tracción: Integral
0-100 km/h: 12,8 seg.
Vel. Máxima: 180 km/h
Rend. Mixto: 12,9 km/l
Largo: 4.500 mm
Ancho: 1.855 mm
Alto: 1.675 mm
Entre ejes: 2.650 mm
Maletero: 483 lts.