Mercedes-Benz Clase S, larga vida al rey.

Ya está en nuestro país la revisión estética y tecnológica de la décima generación de la Clase S de Mercedes-Benz, la que por muchos años se presentó como el modelo cúspide de la marca, y como uno de los ejemplares más representativos del segmento “berlinas premium” en Chile. Si bien en las generaciones intermedias el diseño exterior no fue del todo acertado, a medida que maduró este sedán comenzó a mostrar algunas soluciones muy ingeniosas y atractivas.

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Destacan los ajustes introducidos en la proa, sector en el que se advierte la presencia de unos avanzados faros de ledes, así como de una parrilla con aspecto fornido. En la zaga las modificaciones surtieron un efecto positivo, como esas luces de posición con cuatro barras y las colas de escape ubicadas a ras con la superficie del zócalo.

Históricamente la Clase S ha realizado valiosos aportes técnicos al mercado automotor, sobre todo en los temas relacionados con la seguridad. Y en este refresh de la generación diez la promesa se mantiene, ya que debutan dos motorizaciones, junto a un upgrade del paquete electrónico Intelligent Drive, así como la introducción del sensor de distancia Distronic, además de importantes mejoras en los ya conocidos programas Attention Assist y Pre-Safe.

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En materia de conectividad se ofrecen dos pantallas touch, de 12,3” cada una, las que van empotradas en los respaldos frontales, donde pueden verlas los ocupantes de la banca trasera; con estos monitores los viajeros acceden a una nueva dimensión en materia de conectividad y esparcimiento a bordo.

En el puesto de conducción se advierte la presencia de un renovado volante, así como de una concienzuda organización de los mandos; pese a la gran cantidad de amenidades disponibles, el tablero exhibe una faz bastante limpia. Casi está demás decir que el espacio disponible es abundante, tal y como esperamos que sea en una lujosa berlina de representación.

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Hablamos de dos nuevas motorizaciones. La primera de ellas está presente en la opción S 400d 4Matic, y se trata de un bloque turbodiésel de 3.0 litros capaz de erogar una potencia máxima de 340 CV y un torque de 700 Nm. El segundo bloque va montado en la variante S 560 4Matic, y es un impulsor gasolinero Biturbo V8 de 4.0 litros, que produce 469 CV y 700 Nm de par; en ambos casos la tracción es integral y la transmisión es una automática 9G-Tronic Plus. Se anuncian precios de 135.000 dólares para la variante S 400d y de 160.000 dólares para el S 560.