Volkswagen Beetle Cabrio, viajando en compañía del sol

La compra de un nuevo automóvil no siempre debe ser lógica o realizarse escuchando la voz de la razón. Hay ocasiones en las que más vale dejarse seducir, ser transportado hacia una nueva dimensión en la que el vocablo prudencia no tiene cabida.

A quienes valoran la sobriedad el Beetle Cabrio les resultará algo así como un acto de rebeldía, una forma extravagante de hacerse notar en medio de la muchedumbre. Y los usuarios que buscan flexibilidad de uso es mejor que dirijan su atención hacia otro lado, porque lo que ofrece este descapotable es una larga lista de cualidades, pero ninguna de ellas orientada hacia el asunto de la funcionalidad.

Habiendo aclarado lo que ofrece y no ofrece el Volkswagen Beetle Cabrio, diremos que la gama está compuesta por tres versiones, cuyos precios van desde los $13.990.000 hasta los $17.990.000. Como podemos ver no es un producto asequible, no obstante 21 unidades se han comercializado desde que fue presentada la nueva generación en septiembre del año pasado.

Formato 2+2

Está claro que en el diseño de este Beetle se aprecian muchos de los rasgos que hicieron tan famoso al Escarabajo de la vieja escuela. Las curvas están por doquier, los pasos de ruedas se muestran prominentes y dos grandes puertas permite acceder al habitáculo; tal como en el Beetle original.

Su tamaño no es reducido, y son esos 4.288 mm de largo los que garantizan un generoso espacio libre en el habitáculo. Un detalle a tomar en cuenta es que la cabina está homologada para cuatro ocupantes, algo que más allá de ser una simple inferencia queda demostrado al ver que la segunda fila está formada por dos espacios independientes.

En términos generales el diseño de este convertible es muy llamativo, con ese toque de coquetería tan característico de este formato. La capota es de material textil, pese a eso incluye luneta de vidrio y el bastidor reproduce fielmente la línea curvada del techo; cuando este elemento está alzado la silueta no se ve alterada.

Tablero sencillo  

La cabina destaca por lo simple que es, tanto así que me costó creer que una cantidad tan baja de pulsadores estuviesen presentes en un coche que incluye los más recientes avances en materia de conectividad y entretenimiento. Es como si la austeridad del Escarabajo de ataño la hubiese heredado este ejemplar.

Los relojes se leen fácilmente, gracias a sus grandes números, y es el indicador de velocidad el que adquiere un rol protagónico. El mismo color de la carrocería impregna la cubierta de polímero que recorre toda la extensión el tablero, otro recurso estético que conecta el pasado con el presente.

La posición de manejo es correcta, pero el asunto de la accesibilidad no está bien resuelto puesto que para ingresar a las plazas traseras se deben realizar varias contorsiones; incluso con la capota abatida no es fácil acomodarse atrás.

La calidad de este producto no me parece baja, aunque por 18 millones de pesos me gustaría ver algo más de ostentación. Las aplicaciones de aluminio y la pantalla touch 6,5” no son suficientes para justificar un desembolso tan considerable.

Dúo dinámico  

Lo que le falta en lujo le sobra en contenido técnico. A este Beetle lo anima un motor TSI de 1.400 cc que produce una potencia máxima de 160 CV y 240 Nm de torque. Lo acompaña una transmisión DSG de siete velocidades, un mecanismo de alta eficiencia y capaz de reaccionar con la misma presteza de una caja mecánica, pero sin que el piloto deba intervenir.

Acelera de manera consistente, algo que bien pude notar en la conducción urbana, en ese momento en que el semáforo pasa de luz roja a verde; está claro que el Beetle Cabrio no es el más liviano de su categoría, pero con esa capacidad de aceleración no necesita perder kilos para ganar agilidad.

También el torque es generoso, cualidad que beneficia los ascensos y nos permite hallar empuje en situaciones desfavorables para la mayoría de los motores. El escalonado de la caja es perfecto, ideal para los citados erogues, por lo que sin temor a equivocarme puedo asegurar que es una de las mejores duplas que están disponibles en esta marca y, probablemente, en todo el mercado.

La dirección, pese a la sobreasistencia reacciona bien, de un modo preciso y obediente. La suspensión es confortable, pero el tren trasero (Multilink) lo noté algo rebotón y eso quiebra la sensación de aplomo.

En las curvas va sobre rieles, demostrando un notable balance. Al subir la velocidad, en un camino zigzagueante, la nobleza se mantiene, y en este sentido es importante destacar la alta rigidez estructural que se logró…pese a la ausencia de techo rígido.

Los frenos responden bien, pero no hay que someterlos a exigencias mayores, como sostener la presión sobre el pedal mientras bajamos una pendiente. Si no les damos tiempo para ventilarse, notaremos una acentuada merma en su poder de mordiente.